El Papa Benedicto XVI anuncia la canonización de siete nuevos santos que serán también los primeros santos del Año de la Fe y serán canonizados por el 21 de octubre de 2012. Los santos son los frutos más hermosos de la humanidad, son la riqueza de la Iglesia. Son los que más han contribuido a la felicidad de la humanidad, porque la verdadera felicidad sólo se encuentra en Dios, y ellos han contribuido con su vida y su ejemplo a hacer un mundo mejor, más humano y más feliz.
Los santos, además de interceder por nosotros y concedernos favores, nos sirven como modelos a imitar en la vivencia de virtudes, como ejemplos de padres de familia, de misioneros, de católicos comprometidos y conocedores de su fe, etc. Son personas que han entregado su vida y que Dios nos los pone como puntos de referencia para indicarnos que su invitación a la santidad no es una quimera, que si es posible llegar a ser santos
Pues bien, el Papa Benedicto XVI anuncia la canonización de siete nuevos santos que serán también los primeros santos del Año de la Fe, serán incluidos en el canon de los santos el 21 de octubre próximo -Domingo Mundial de las Misiones- en una ceremonia presidida por el Santo Padre durante el Sínodo para la Nueva Evangelización que se realizará del 7 al 28 de octubre. Estos son: Jacobo Berthieu, Mártir Jesuita; Pedro Cañimgsod, Catequista Mártir; Juan Piamarta, Fundador del Instituto Artigianelli y de la Congregación de la Sagrada Familia de Nazaret; Mariana Cope, Religiosa; María del Monte Carmelo, Fundadora de la Congregación de Hermanas de la Inmaculada Concepción; Catalina Tekakwitha, Indígena Americana; y Ana Schaffer, Apóstol del Sufrimiento.
También el Papa Benedicto XVI declarará Doctores de la Iglesia que es un título que la Iglesia (el Papa o un concilio ecuménico) otorga oficialmente a ciertos santos para reconocerlos como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos a: San Juan de Ávila, Patrono del clero secular español y Santa Hildergarda de Bingen, Patrono del clero secular español.
Jacobo Berthieu, Santo jesuita
Jacobo Berthieu nació el 28 de Noviembre de 1838, en Polminhac, Francia. Murió mientras él estaba acompañando a refugiados que estaban intentando evitar ataques de otra tribu. Misionero francés en Madagascar, disfrutó cinco años pacíficos de actividad misionera antes de que los movimientos de independencia y rebeliones de tribus rivales le obligara a que trasladarse de lugar a lugar.
Berthieu fue un sacerdote diocesano durante nueve años antes de que él decidiera entrar en los Jesuitas a los 35 años de edad. Él incluso se fijó hacer su misión en Madagascar antes de que él terminara noviciado. Él hizo sus votos justo antes de empezar su primera misión en la isla Sainte-Marie. Catequizó a niños, realizaba su ministerio sacramental y cuidó de los enfermos hasta que en marzo de 1880 el gobierno francés expulsó a los Jesuitas y los forzaron al destierro.
Mientras Berthieu dedicaba su energía a cultivar un huerto o jardín que creció durante el tiempo que él no pudo ejercer ningún ministerio sacerdotal. En 1885 la paz volvió cuando un tratado fue firmado; Berthieu volvió a abrir la misión en Ambositra, Madagascar. Entonces en diciembre de 1891 que él empezó a evangelizar a las personas en el distrito de Anjozorofady, a corta distancia al norte de Tananarive.
Berthieu tenía 18 misiones que visitar, pero su trabajo se interrumpió varios veces por nueva guerra. En 1895 la rebelión de Malagasy contra Francia lo forzó a irse lejos, poco después él pudo devolver pero otra rebelión se levantó entre las personas de Menalamba. Cuando las batallas estuvieron muy cerca, el coronel francés local el 25 de mayo pidió a las personas salieran del pueblo para sacarlos de peligro. En junio 6 Berthieu fue aconsejado de llevar a sus feligreses a la capital, Tananarive.
Ellos empezaron el viaje pero fueron atacados por la tribu Menalamba y se separaron buscando resguardo en cualquier pueblo cualquier que ellos pudieran encontrar. Berthieu y algunas de sus acompañantes encontraron hospitalidad, pero al día siguiente los Menalamba llegaron al pueblo y arrestaron al misionero. Ellos lo despojaron de su indumentaria y lo golpearon antes de obligarlo a que caminara bajo la fría lluvia hacia el pueblo donde su vivía su jefe.
Berthieu se negó a aceptar la oferta de aquel hombre, que prometió salvarle la vida y darle un puesto de consejero en la tribu Menalamba, si él renunciara su fe. Berthieu contestó que él se moriría antes de abandonar su religión. Varios hombres lo atacaron con garrotes; un golpe a la cabeza lo mató. Sus secuestradores descargaron su cuerpo y luego lo arrojaron al río, nunca fue recuperado. Era el 8 de Junio de 1896. |
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