lunes, 30 de julio de 2012

Orar con San Ignacio de Loyola [Martes 31 de Julio]


AMBIENTACIÓN: La ENCARNACIÓN es el modo concreto de ser profundamente hombre y mujer de fe. Y esto lo cambia todo: Cambia el modo de entendernos humanos y cristianos; cambia el modo de rezar; cambia el modo de concebir la Comunidad, la Familia, el Trabajo; cambia el modo de tomar las decisiones; cambia el modo de tratar a las personas; cambia el modo de concebir mis bienes.
Desde el punto de vista de la fe, encarnarse contradice las expectativas de aquello que nuestro egoísmo entiende por realización. ENCARNARSE será lo único que haga posible nuestra proximidad a las personas y a las realidades de este mundo.


1ER MOMENTO: A LO QUE VENGO. Inicio mi encuentro con el Señor escogiendo un sitio apropiado para mi oración. Al llegar al sitio, en forma breve y sencilla considero la calidad de la mirada de Dios Nuestro Señor sobre mí. Y me digo a mí mismo: ¿A QUÉ VENGO? Vengo a sumergirme en la Vida del Mundo. [Al final, rezo el Padrenuestro, saboreando cada palabra].

2DO MOMENTO: PACIFICACIÓN: Ya sea sentado, paseando, acostado o reposado; tanto en casa, como en el parque o la Iglesia me sereno para que esta cita con Dios tenga lugar. Me acomodo con una posición que me ayude a concentrarme-descentrarme-centrarme, implicando todo mi ser. Al ritmo de la respiración, doy lugar al silencio. [Una y otra vez repito este ejercicio].

3ER MOMENTO: ORACIÓN PREPARATORIA. Señor, que todas mis intenciones, acciones y procesos interiores, estén totalmente ordenados a cumplir tu voluntad. [NOTA: La oración preparatoria siguiente me ayuda a experimentar libertad de apegos. La repito tantas veces como quiera, dejando que resuene en mi mente y en mi corazón].

4TO MOMENTO: COMPOSICIÓN DEL LUGAR. 1°) Centro mi pensamiento en el contenido de la Oración. 2°) Con la imaginación revivo lo que relata la Encarnación. 3°) Me ubico en la escena como si presente me hallara. 4°) Dejo que la Encarnación irradie su luz sobre mí.

El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, miran juntos la tierra poblada de tantos hombres y mujeres con una mirada llena de ternura y misericordia. Las tres Personas Divinas despliegan sobre todos los seres humanos su Bondad, su Comunión y su Energía vivificadora, y deliberan para determinar juntas que Jesús se Encarne en esta tierra: que se haga uno de nosotros para siempre. La Virgen María y San José se disponen totalmente a cooperar con Dios en la Salvación. [NOTA: Este paso es muy especial y merece realizarse con esmero. Le dedico unos 10 minutos].

5TO MOMENTO: PETICIÓN.

Señor, dame conocimiento profundo e interno tuyo, que por mí te hiciste hombre, para que más te ame y te siga. [En forma sencilla formulo mi petición; si me ayuda puedo decirla varias veces. Dejo que mi petición salga de dentro; que nazca de lo más hondo de mi vida]


6TO MOMENTO: CONTENIDO O MATERIA DE LA ORACIÓN (Con Aplicación de Sentidos)

6.1.- VER LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) VEO a las Personas que son tantas y tan distintas: unos en paz y otros en guerra, unos llorando y otros riendo, unos sanos y otros enfermos, unos naciendo y otros muriendo. 2º) VEO al Padre, al Hijo y al Espíritu juntos y deliberando cómo amar más a todas las personas. 3º) VEO también el encuentro del Ángel Gabriel con la Virgen María y con San José. Y reflexiono para sacar provecho de lo que he visto.

6.2.- OÍR LA MANIFESTACIÓN DE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) OIGO lo que hablan las Personas: unas se manifiestan amor y otras odio; unas dialogan y otras se insultan, unas se cuidan y otras se maltratan, unas se ayudan y otras se destruyen, etc. 2º) OIGO al Padre, al Hijo y al Espíritu que dicen: hagamos redención del género humano. 3º) OIGO también lo que dialoga el Ángel Gabriel con la Virgen y con San José sobre lo que Dios quiere para el mundo. Y reflexiono para sacar provecho de lo que he oído.

6.3.- OLFATEAR LOS SIGNOS DE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) OLFATEO lo que experimentan las Personas: unas alcanzan su realización y otras se desmoronan; unas hacen caminos y otras deambulan; unas se esfuerzan y otras caen vencidas, etc. 2º) OLFATEO la forma tan especial como el Padre, el Hijo y el Espíritu intervienen en el mundo. 3º) OLFATEO también la vida que empieza a latir en el seno de la Virgen María y en el alma de San José. Y reflexiono para sacar provecho de lo que he olfateado.

6.4.- GUSTAR LA TERNURA DE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) GUSTO lo que viven las Personas: unas tienen mucho para vivir y otras poco, unas están tranquilas y otras angustiadas, unas se afanan por todo y otras se agotan en nada, etc. 2º) GUSTO la ternura del Padre, del Hijo y del Espíritu por todas las personas de esta tierra. 3º) GUSTO también la alegría de la Virgen, San José y el Ángel por esta manifestación tan grata de Dios. Y reflexiono para sacar provecho de lo que he gustado.

6.5.- TOCAR LA FINURA DE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) TOCO lo que surge del fondo de las Personas: unas construyen grandes cosas y otras las destruyen, unas trabajan por la paz y otras por la guerra, unas siembran alegrías y otras tristezas, etc. 2º) TOCO la finura del Padre, del Hijo y del Espíritu manifestada en la esperanza de la gente. 3º) TOCO también la textura de la vida que se está engendrando en el hogar de la Virgen y San José. Y reflexiono para sacar provecho de lo que he tocado.

6.6.- REFLEXIONAR INTERNAMENTE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) REFLEXIONO lo que piensan las Personas: unas idean nuevos amaneceres y otras maquinan muerte, unas idean el bien de todos y otras su propio beneficio, unas sueñan fraternidad y otras violencia, etc. 2º) REFLEXIONO lo que el Padre, el Hijo y el Espíritu consideran que da vida a la humanidad. 3º) REFLEXIONO también lo que razona en su interior la Virgen y S. José sobre la encarnación de Dios. Y me detengo a sacar provecho de lo reflexionado.

6.7.- SENTIR LA BONDAD DE LA ENCARNACIÓN DE DIOS: 1º) SIENTO lo que sienten las Personas: unas alegría y otras tristeza, unas confianza y otras incertidumbre, unas compañía y amistad y otras soledad y desesperanza, etc. 2º) SIENTO la bondad con la que el Padre, el Hijo y el Espíritu se acercan a cada hombre y cada mujer para llenar de sentido sus vidas. 3º) SIENTO también la calidez tan especial que de experimenta hoy en los encuentros que anuncian sanación y salvación.
Y reflexiono para sacar provecho de lo que he sentido.

7MO Momento: COLOQUIO. [NOTA: El coloquio es un diálogo que se hace hablando como un amigo habla a otro, ya sea para pedir alguna gracia, ya sea reconociendo la fragilidad o el pecado, o para comunicar sus cosas, y queriendo consejo en ellas. El texto sugerido puede ser útil para el COLOQUIO]

HOMBRES Y MUJERES CON ESPÍRITU: Señor Jesús, que seamos personas abiertas a tu gracia, invadidas a por el gozo de tu Espíritu. Hombres y Mujeres entusiastas, que sepamos cantar a la vida, vibrar ante la belleza, estremecernos ante el misterio y anunciar el reino del amor. Que llevemos la fiesta en el corazón, aunque sintamos la presencia del dolor en nuestro camino. Que no nos acobarden las tensiones ni nos ahoguen los conflictos que puedan surgir entre nosotros, porque contamos -en nuestra debilidad- con la fuerza creadora y renovadora de tu Espíritu Santo.
Regálanos, Señor, una gran dosis de buen humor para que sepamos desdramatizar las situaciones difíciles y sonreír abiertamente a la vida. Y concédenos ser, en un mundo abatido por la tristeza, testigos y profetas de la verdadera alegría. Haznos expertos en deshacer nudos y en romper cadenas, en abrir surcos y en arrojar semillas, en curar heridas y en mantener viva la esperanza.

8VO Momento: EXAMEN DE LA ORACIÓN.

Nota: Las siguientes interrogantes ayudan a centrar la experiencia vivida en la Oración: 1°) ¿Qué pasó en mí durante esta Oración? 2°) ¿A través de cuáles señales me habló Dios? 3°) ¿Qué me distrajo en la Oración? 4°) ¿Qué me produjo desaliento o desconfianza en la Oración? 5°) ¿Qué se quedó grabado en mí? 6°) ¿Qué quiero cambiar en mi vida?

TERMINO LA ORACIÓN CON LA SIGUIENTE OFRENDA

Toma, Señor, y recibe, toda mi libertad, mi memoria, mi entendimiento y toda mi voluntad; todo mi haber y mi poseer. Tú me lo diste, a ti, Señor lo devuelvo. Todo es tuyo. Dispón de mí según tu voluntad. Dame tu amor y gracia que ésta me basta. Amén.

Centro de Espiritualidad y Pastoral

sábado, 28 de julio de 2012

Los "Nóbel de Teología" para Brian E. Daley y Remi Brague


Hay una gran expectativa por la entrega de la segunda edición del "Premio Ratzinger", promovido por lal Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. El premio será conferido por Benedicto XVI el próximo 20 de octubre, durante el sínodo de los obispos sobre la "nueva evangelización".

Los nombres de los vencedores -que más abajo anticipamos- han sido seleccionados por un comité científico, presidido por el cardenal Camillo Ruini (vicario general emérito de Roma y ex presidente de la Conferencia Episcopal Italiana) y del que forman parte los cardenales italianos Tarcisio Bertone (salesiano, secretario de Estado) y Angelo Amato (salesiano, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos), y también los arzobispos Jean-Louis Bruguès (dominico francés, archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana) y Francisco Ladaria Ferrer (jesuita español, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe).

Éste último, entrevistado por Radio Vaticana, ha explicado que el "Premio Ratzinger" fue instituido por la Fundación "para estimular la reflexión teológica, sobre todo en los campos más cultivados por Joseph Ratzinger como teólogo, cardenal y ahora Papa: el campo de la teología fundamental, de la historia de la teología, especialmente la teología patrística, el campo de la exégesis bíblica, pero también la teología dogmática".

El arzobispo Ladaria enunció además los criterios adoptados para la selección de los candidatos: "El comité científico intenta tener presente diversos factores: ante todo, el rigor teológico y la profundidad científica de los posibles candidatos".

Además, "se busca tener también una variedad de idiomas, de culturas, para que no todos los premios vayan, por ejemplo, a teólogos de lengua inglesa, o que todos sean de lengua italiana", para que "haya un equilibrio entre los grandes idiomas del mundo, entre los grandes grupos católicos del mundo, de tal modo que - en la medida de lo posible, aun cuando esto no es siempre fácil - todos se puedan sentir representados".

En efecto - ha recordado Ladaria - "el año pasado fueron un italiano, un español y un alemán", es decir, el profesor Manlio Simonetti, don Olegario González de Cardedal y el padre cisterciense Maximilian Heim. Mientras que este año -agregó- "serán un francés y un norteamericano".

El secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe no dio los nombres de los premiados, sobre los cuales rige hasta ahora reserva oficial. Pero el francés a quien se le dará en premio lo que ha sido definido - en forma exagerada - el "Nobel de teología" es el filósofo Rémi Brague. Mientras que el norteamericano es el patrólogo Brian E. Daley.

Brague es profesor de filosofía griega, romana y árabe en la Sorbona de París y en la Universidad Ludwig-Maximilian, de Münich. Es un erudito políglota de la vastísima producción científica. Pero es también muy combativo en las polémicas actuales, contrario a los axiomas de lo "políticamente correcto", tanto en el sentido de los progresistas como en el de los "teólogos conservadores".

Por su parte, Daley, jesuita, está especializado en los Padres de la Iglesia. Enseña en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, y es editor consejero de la edición en inglés de la revista "Communio", de la que Ratzinger fue co-fundador. En el 2003 publicó en la revista progresista "America", de los jesuitas de Nueva York, un artículo a contramano, en el que valoraba la práctica de la adoración eucarística: Adoration and the Blessed Sacrament. Una adoración en ese entonces caída largamente en desuso, pero que Ratzinger, como Papa, está haciendo de todo para volver a darle auge.

Una curiosidad. En el perfil biográfico del padre Daley que aparece en la página web de la Universidad de Notre Dame se proporciona evidencia del deporte que él practica "para mantenerse en forma", el boxeo:

Al igual que ya antes, en la anterior edición del "Premio Ratzinger", también esta vez uno de los premiados tendrá una "lectio" en presencia del Papa, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. Pero se prevé que el mismo Benedicto XVI tomará la palabra. De la misma manera que lo hizo el 30 de junio de 2011 con esta memorable lección, totalmente inconfundible escrita de su puño y letra.

miércoles, 25 de julio de 2012

El gesto de un joven


Evangelio del XVII Domingo del Tiempo Ordinario/B (Jn 6,1-15)

En aquel tiempo, Jesús se fue a la otra orilla del mar de Galilea o lago de Tiberíades. Lo seguía mucha gente, porque habían visto las señales milagrosas que hacía curando a los enfermos. Jesús subió al monte y se sentó allí con sus discípulos.

Estaba cerca la Pascua, festividad de los judíos. Viendo Jesús que mucha gente lo seguía, le dijo a Felipe: “¿Cómo compraremos pan para que coman éstos?” Le hizo esta pregunta para ponerlo a prueba, pues él bien sabía lo que iba a hacer. Felipe le respondió: “Ni doscientos denarios bastarían para que a cada uno le tocara un pedazo de pan”. Otro de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo: “Aquí hay un muchacho que trae cinco panes de cebada y dos pescados. Pero, ¿qué es eso para tanta gente?” Jesús le respondió: “Díganle a la gente que se siente”. En aquel lugar había mucha hierba. Todos, pues, se sentaron ahí, y tan sólo los hombres eran unos cinco mil.

En seguida tomó Jesús los panes, y después de dar gracias a Dios, se los fue repartiendo a los que se habían sentado a comer. Igualmente les fue dando de los pescados todo lo que quisieron. Después de que todos se saciaron, dijo a sus discípulos: “Recojan los pedazos sobrantes, para que no se desperdicien”. Los recogieron y con los pedazos que sobraron de los cinco panes llenaron doce canastos.

Entonces la gente, al ver la señal milagrosa que Jesús había hecho, decía: “Éste es, en verdad, el profeta que había de venir al mundo”. Pero Jesús, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró de nuevo a la montaña, él solo.


De todos los gestos realizados por Jesús durante su actividad profética, el más recordado por las primeras comunidades cristianas fue seguramente una comida multitudinaria organizada por él en medio del campo, en las cercanías del lago de Galilea. Es el único episodio recogido en todos los evangelios.

El contenido del relato es de una gran riqueza. Siguiendo su costumbre, el evangelio de Juan no lo llama "milagro" sino "signo". Con ello nos invita a no quedarnos en los hechos que se narran, sino a descubrir desde la fe un sentido más profundo.

Jesús ocupa el lugar central. Nadie le pide que intervenga. Es él mismo quien intuye el hambre de aquella gente y plantea la necesidad de alimentarla. Es conmovedor saber que Jesús no solo alimentaba a la gente con la Buena Noticia de Dios, sino que le preocupaba también el hambre de sus hijos e hijas.

¿Cómo alimentar en medio del campo a una muchedumbre numerosa? Los discípulos no encuentran ninguna solución. Felipe dice que no se puede pensar en comprar pan, pues no tienen dinero. Andrés piensa que se podría compartir lo que haya, pero solo un muchacho tiene cinco panes y un par de peces. ¿Qué es eso para tantos?

Para Jesús es suficiente. Ese joven, sin nombre ni rostro, va hacer posible lo que parece imposible. Su disponibilidad para compartir todo lo que tiene es el camino para alimentar a aquellas gentes. Jesús hará lo demás. Toma en sus manos los panes del joven, da gracias a Dios y comienza a "repartirlos" entre todos.

La escena es fascinante. Una muchedumbre, sentada sobre la hierba verde del campo, compartiendo una comida gratuita, un día de primavera. No es un banquete de ricos. No hay vino ni carne. Es la comida sencilla de la gente que vive junto al lago: pan de cebada y pescado ahumado. Una comida fraterna servida por Jesús a todos gracias al gesto generoso de un joven.

Esta comida compartida era para los primeros cristianos un símbolo atractivo de la comunidad nacida de Jesús para construir una humanidad nueva y fraterna. Les evocaba, al mismo tiempo, la eucaristía que celebraban el día del Señor para alimentarse del espíritu y la fuerza de Jesús, el Pan vivo venido de Dios.

Pero nunca olvidaron el gesto del joven. Si hay hambre en el mundo, no es por escasez de alimentos sino por falta de solidaridad. Hay pan para todos, falta generosidad para compartir. Hemos dejado la marcha del mundo en manos del poder financiero, nos da miedo compartir lo que tenemos, y la gente se muere de hambre por nuestro egoísmo irracional.

José Antonio Pagola

jueves, 19 de julio de 2012

La Mirada de Jesús


Evangelio del XVI Domingo del Tiempo Ordinario/B (Mc 6,30-34)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: «Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco». Porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer.
Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron.

Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.


Marcos describe con todo detalle la situación. Jesús se dirige en barca con sus discípulos hacia un lugar tranquilo y retirado. Quiere escucharles con calma, pues han vuelto cansados de su primera correría evangelizadora y desean compartir su experiencia con el Profeta que los ha enviado.

El propósito de Jesús queda frustrado. La gente descubre su intención y se les adelanta corriendo por la orilla. Cuando llegan al lugar, se encuentran con una multitud venida de todas las aldeas del entorno. ¿Cómo reaccionará Jesús?

Marcos describe gráficamente su actuación: los discípulos han de aprender cómo han de tratar a la gente; en las comunidades cristianas se ha de recordar cómo era Jesús con esas personas perdidas en el anonimato, de las que nadie se preocupa. "Al desembarcar, Jesús vio la multitud, se conmovió porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles con calma".

Lo primero que destaca el evangelista es la mirada de Jesús. No se irrita porque han interrumpido sus planes. Los mira detenidamente y se conmueve. Nunca le molesta la gente. Su corazón intuye la desorientación y el abandono en que se encuentran los campesinos de aquellas aldeas.

En la Iglesia hemos de aprender a mirar a la gente como la miraba Jesús: captando el sufrimiento, la soledad, el desconcierto o el abandono que sufren muchos y muchas. La compasión no brota de la atención a las normas o el recuerdo de nuestras obligaciones. Se despierta en nosotros cuando miramos atentamente a los que sufren.

Desde esa mirada Jesús descubre la necesidad más profunda de aquellas gentes: "andan como ovejas sin pastor". La enseñanza que reciben de los maestros y letrados de la ley no les ofrece el alimento que necesitan. Viven sin que nadie cuide realmente de ellas. No tienen un pastor que las guíe y las defienda.

Movido por su compasión, Jesús "se pone a enseñarles con calma". Sin prisas, se dedica pacientemente a enseñarles la Buena Noticia de Dios y su proyecto humanizador del reino. No lo hace por obligación. No piensa en sí mismo. Les comunica la Palabra de Dios, conmovido por la necesidad que tienen de un pastor.

No podemos permanecer indiferentes ante tanta gente que, dentro de nuestras comunidades cristianas, anda buscando un alimento más sólido que el que recibe. No hemos de aceptar como normal la desorientación religiosa dentro de la Iglesia. Hemos de reaccionar de manera lúcida y responsable. No pocos cristianos buscan ser mejor alimentados. Necesitan pastores que les transmitan la enseñanza de Jesús.

José Antonio Pagola

miércoles, 18 de julio de 2012

Reflexiones de un Condiscípulo


Un evangelio de esos que amerita lectura y relectura (y casi que un whisky doble), fue el de este Domingo XV del Tiempo Ordinario/B (Mc 6, 7-13)

El mensaje (a)parece clarísimo, son consejos (“órdenes” nos dice Marcos) que Jesús da entonces y también da ahora, a aquellos que se disponen a predicar su Buena Nueva:

1.- Vayan de dos en dos, nunca solos, es bueno estar y saberse acompañados.

2.- Siempre ligeros de equipaje, con pocas cosas, con lo necesario.

3.- Donde sean recibidos quédense siempre, sin ir cambiando, sin ir inventando, sin ir probando.

4.- En cambio, donde no sean bienvenidos, ¡largo de allí! …pero dejando bien claro el por qué de la largada.

Pero esta claridad, deja de ser tan “clarísima” a la relectura y comienzan las preguntas:

· ¿Cuán ligeros debemos ir? ¿es posible ir tan ligero? ¿es prudente ir tan ligero? ¿qué significa hoy “ir ligeros”?

· ¿Hasta cuándo nos quedamos acá donde somos recibidos? ¿cuándo es el momento de partir?

· ¿Cuándo no somos bienvenidos o cuándo dejamos de serlo? ¿no habría más bien que plantarse ante la adversidad? ¿no hay que “dar hasta que duela”? ¿al primer revés nos vamos?

Ante estas dudas, surge entonces la “instancia de oración”, esa oración que inspira, que ilumina, que fortalece y que esclarece.

La diaria oración –como nos dice Ana Guinand– que le da sentido al activismo, que nos lleva a discernir lo que debemos hacer y nos permite conmovernos y movernos por los problemas y por la miseria del otro… por los problemas y por las miserias nuestras.

Termino con el salmo: “Muéstranos, Señor, tu misericordia”

Ya lo he advertido antes, y lo hago una vez más… yo escribo y comparto con ustedes mis “personalísimas” impresiones de nuestros encuentros.

Juan Salvador Pérez-Perazzo

martes, 17 de julio de 2012

Los Jesuitas deciden que no es necesario convocar una nueva Congregación General


La 70 Congregación de Procuradores de la Compañía de Jesús, que se ha celebrado por primera vez en África, Kenia, del 9 al 15 de julio, decidió que no era necesario convocar una Congregación General.

Durante esta cita, en la que han participado 97 jesuitas, se han debatido temas importantes para la orden como: la visión más universal de la misión, la relación con la Iglesia, el desafío de África, el trabajo con los colaboradores y la necesidad de una mayor articulación en red.
La congregación ha estado poblada de ricas liturgias y eucaristías, en varias lenguas y con un marcado carácter africano. El secretario de la misma ha sido el español padre Francisco Álvarez de los Mozos SJ, procurador de la provincia de Loyola y director del Secretariado para la Justicia Social y la Ecología de la Compañía de Jesús.

Durante toda la semana los jesuitas han analizado la situación actual de la orden. El padre general, Adolfo Nicolás Pachón SJ, en su carta de convocatoria de esta cita ya indicaba tres “dimensiones importantes de nuestra misión que debe tener presentes todo sector apostólico: el servicio de la fe, la promoción de la justicia y la colaboración con otros”.

Los procuradores o jesuitas elegidos para representar a sus provincias (unidades administrativas en que se organiza la Compañía en todo el mundo) traían a la cita los análisis sobre sus lugares de origen. Con estas reflexiones y con la experiencia de cuatro años al frente de la Compañía de Jesús, el padre general analizaba ante los presentes el estado de la orden religiosa. Durante la semana se han debatido las cuestiones puestas sobre la mesa, sus posibles mejoras y las posibles respuestas a los desafíos. También se han hecho sugerencias de gobierno al padre general.

Algunos temas que han merecido una atención detallada han sido: la misión, como respuesta a la invitación del papa para ir a las “fronteras”, y África como preferencia de la Compañía; la relación con la Iglesia; la dimensión social del apostolado jesuita, y el trabajo en red en todos los niveles.

Del sentire cum Ecclesia, o la relación con la Iglesia, el padre general afirmó que “estamos llamados a hacer más profunda nuestra responsabilidad pastoral en los diferentes contextos culturales y eclesiales en los que trabajamos”. De la misión hizo una “llamada de la Compañía a una mayor universalidad” y destacó “el servicio de los pobres, la colaboración con los otros y las redes apostólicas entre Provincias, en las Conferencias y entre Conferencias”.

Se han debatido también otros temas importantes para los jesuitas como: el discernimiento; la espiritualidad y el apostolado intelectual; la vida en comunidad y la creatividad como respuesta ante los desafíos del mundo y de la propia orden religiosa. Además se ha analizado el proceso actual de gobierno y de reestructuración de las provincias y secretariados jesuitas.

Por último, toda una jornada se dedicó a reflexionar sobre África, considerada una prioridad desde hace años para la Compañía de Jesús. El padre Agbonkhianmeghe E. Orobator, provincial de la Provincia de África Oriental (provincia anfitriona), señaló claramente que África continúa siendo el más incomprendido de los continentes y destacó cuatro lecciones y dos desafíos a tener en cuenta: “Las lecciones son: repensar África desde una perspectiva diversa; África como continente profundamente religioso; África como portadora de múltiples valores religiosos; y la religión en África es un fenómeno vivo. Los desafíos son las tensiones religiosas y la religión ante el subdesarrollo”.

Concluyó afirmando que “a partir de los datos de que disponemos, es claro que el centro de gravedad del cristianismo se está dramáticamente desplazando del Norte al Sur, esto es, de Europa y Norte-América, a África, Asia y América Latina”.

miércoles, 11 de julio de 2012

Evangelización Nueva


Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 6,7-13)

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce, los envió de dos en dos y les dio poder sobre los espíritus inmundos. Les mandó que no llevaran nada para el camino: ni pan, ni mochila, ni dinero en el cinto, sino únicamente un bastón, sandalias y una sola túnica.

Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.

Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.


En la Iglesia se siente hoy la necesidad de una nueva evangelización. ¿En qué puede consistir? ¿Dónde puede estar su novedad? ¿Qué hemos de cambiar? ¿Cuál fue realmente la intención de Jesús al enviar a sus discípulos a prolongar su tarea evangelizadora?

El relato de Marcos deja claro que solo Jesús es la fuente, el inspirador y el modelo de la acción evangelizadora de sus seguidores. Estos actuarán con su autoridad. No harán nada en nombre propio. Son "enviados" de Jesús. No se predicarán a sí mismos: solo anunciarán su Evangelio. No tendrán otros intereses: solo se dedicarán a abrir caminos al reino de Dios.

La única manera de impulsar una "nueva evangelización" es purificar e intensificar esta vinculación con Jesús. No habrá nueva evangelización si no hay nuevos evangelizadores, y no habrá nuevos evangelizadores si no hay un contacto más vivo, lúcido y apasionado con Jesús. Sin él haremos todo menos introducir su Espíritu en el mundo.

Al enviarlos, Jesús no deja a sus discípulos abandonados a sus fuerzas. Les da su "autoridad", que no es un poder para controlar, gobernar o dominar a los demás, sino su fuerza para "expulsar espíritus inmundos", liberando a las gentes de lo que esclaviza, oprime y deshumaniza a las personas y a la sociedad.

Los discípulos saben muy bien qué les encarga Jesús. Nunca lo han visto gobernando a nadie. Siempre lo han conocido curando heridas, aliviando el sufrimiento, regenerando vidas, liberando de miedos, contagiando confianza en Dios. "Curar" y "liberar" son tareas prioritarias en la actuación de Jesús. Darían un rostro radicalmente diferente a nuestra evangelización.

Jesús los envía con lo necesario para caminar. Según Marcos, solo llevarán "bastón, sandalias y una túnica". No necesitan de más para ser testigos de lo esencial. Jesús los quiere ver libres y sin ataduras; siempre disponibles, sin instalarse en el bienestar; confiando en la fuerza del Evangelio.

Sin recuperar este estilo evangélico, no hay nueva evangelización. Lo importante no es poner en marcha nuevas actividades y estrategias, sino desprendernos de costumbres, estructuras y servidumbres que nos están impidiendo ser libres para contagiar lo esencial del Evangelio con verdad y sencillez.

La Iglesia ha perdido ese estilo itinerante que sugiere Jesús. Su caminar es lento y pesado. No acierta a acompañar a la humanidad. No tenemos agilidad para pasar de una cultura a otra. Nos agarramos al poder que hemos tenido. Nos enredamos en intereses que no coinciden con el reino de Dios. Necesitamos conversión.

José Antonio Pagola

viernes, 6 de julio de 2012

Kenia: los jesuitas estudian si convocar una nueva Congregación General


Del 9 al 15 de julio se celebrará en Nairobi, Kenia, la 70 Congregación de Procuradores de la Compañía de Jesús. En ella, como es preceptivo, se deliberará sobre la necesidad o no de convocar una Congregación General y se reflexionará sobre los retos actuales que han de afrontar los jesuitas. Uno de esos desafíos es África, como lo ratificó la Orden durante su Congregación General en 2008. Por este motivo, se ha decidido tener el encuentro en Kenia.

El padre general convoca la Congregación de Procuradores (C. P.) cada cuatro años, a contar desde el fin de la Congregación General. Asisten fundamentalmente los así llamados procuradores, jesuitas elegidos por sus respectivas provincias, las unidades administrativas en que se organiza la Compañía en todo el mundo. En ese sentido, los procuradores constituyen una representación cualificada de la base de la Compañía, no tanto de su gobierno.

La C. P. no posee poder legislativo. Su objetivo más importante es decidir si debe convocarse Congregación General. Otra función clave que desempeñan los procuradores es discutir sobre el estado general de la Compañía en su dimensión más universal. Esta discusión puede ser clarificadora para determinar si es necesario o no celebrar una Congregación General.

La C. P. en Nairobi reúne a 97 jesuitas procedentes de toda la realidad internacional de la Compañía: el padre general, el jesuita español Adolfo Nicolás; sus 12 consejeros generales; y 84 procuradores provenientes de los cinco continentes –7 de África, 14 de Latinoamérica, 18 de India, 7 de Asia oriental y Australia, 29 de Europa y 9 de Estados Unidos. La representación española, entre procuradores y cargos de la Curia de Roma, es de 10 jesuitas.

Muchos de los procuradores se encuentran ya en Nairobi realizando ejercicios espirituales. El padre general llegó el 29 de junio con el secretario de la Compañía, padre Ignacio Echarte, y comenzó las entrevistas con los procuradores sobre el informe que previamente había preparado cada uno acerca de su provincia respectiva.

Los procuradores de lengua castellana residen en Mwangaza (“iluminación” en swahili), una finca propiedad de la Compañía de Jesús, a 20 kilómetros de Nairobi y cuyo terreno formaba parte de la famosa granja de Karen Blixen, la escritora de “Memorias de África”. La Congregación se celebrará en “Chemi Chemi ya Uzima Centre”, perteneciente a la Unión de Religiosos/as de Kenia.

La provincia jesuita anfitriona de la C. P. es muy extensa. Está formada por 212 jesuitas distribuidos en seis países: Etiopía, Kenia, Sudán, Sudán del Sur, Tanzania y Uganda. Su labor se centra en parroquias, casas de retiro y ejercicios espirituales y en centros educativos, sociales, y de comunicación.

Historia de la Congregación de Procuradores: San Ignacio de Loyola, teniendo en cuenta el “duro trabajo” y la “mucha distracción” que ello podría llevar consigo, descartó que hubiera Congregaciones Generales periódicamente. Pero aceptó que el superior general debía comunicarse con la Compañía “por letras, y por personas que de las provincias deben venir, a lo menos uno de cada una cada tres años, y de las Indias cada cuatro” (Const., n. 679).

Fue la segunda Congregación General (1565), presidida por san Francisco de Borja, la que estableció que la C. P. se convocara cada tres años. La primera fue en 1568. Desde entonces hasta comienzos del siglo XVIII, las Congregaciones Generales y las CC. PP. se sucedieron con regularidad, a excepción de algunas que tuvieron que suspenderse por causas de enfermedad o epidemias (ej: la peste).

La Congregación General 34 (1995) decidió que la C. P. debería reunirse cada cuatro años. La mayoría de las CC. PP. se han celebrado en Roma, si se exceptúan las de 1886 y 1889, que se reunieron en Fiesole, Florencia, y la de 2003, que se citó en Loyola.

Solo dos CC.PP. votaron por la convocatoria de la Congregación General: la de 1606 y la de 1693. Como resultado de la primera se celebró la Congregación General VI (1608). La de 1693 decretó la convocatoria con la diferencia de un solo voto y ante la duda, el recurso a la Santa Sede resolvió negativamente sobre la validez del decreto, por lo que no se celebró la Congregación General. Desde entonces se especificó que los votos positivos para convocar la Congregación General debieran superar en dos a los negativos si el total de participantes es par, y en tres votos si es impar.

La Congregación General 35 señaló en 2008 que era necesario un proceso de discernimiento apostólico más amplio y profundo. Por esa razón, el padre general ha pedido en su convocatoria que en la C. P. de Nairobi se dedique un tiempo sustancial a la reflexión sobre el estado de la Compañía, las oportunidades y necesidades que encuentra la Compañía en la actualidad, y cómo podría afrontar todo ello el gobierno de la Orden. Asimismo, ha dicho que esta reunión debe ser considerada “parte de nuestra preparación para la conmemoración, en el año 2014, del 200 aniversario de la Restauración de la Compañía de Jesús”.

miércoles, 4 de julio de 2012

Jesuitas avanzan en investigación sobre democracia, cultura y catolicismo


Días atrás se realizó en Roma el Encuentro «Democracia, Cultura y Catolicismo», en el que se reunieron cuatro universidades jesuitas de Lituania, Indonesia, Perú y Estados Unidos, convocadas por la norteamericana Loyola University y acogidos por la Pontificia Universidad Gregoriana. La idea era compartir los avances de la investigación que se viene realizando desde hace tres años en este campo, sobre todo acerca del rol que tuvo (y que tiene) la religión católica en los movimientos de solidaridad en el Este de Europa, así como en la reciente ‘Primavera Árabe’.

Como uno de los representantes de la Universidad jesuita Antonio Ruiz de Montoya del Perú vino el joven filósofo Gonzalo Gamio*, con quien ZENIT conversó en una pausa de tan reflexiva y urgente cita...

¿Cómo surge el interés por hacer esta investigación?
--G. Gamio: Fue una iniciativa de la Loyola University que tuvo la idea de integrar su propio trabajo con tres universidades más de Indonesia, Lituania y el Perú, con la Antonio Ruiz de Montoya. Esto con el fin de discutir la relación entre cultura, democracia y catolicismo. Nos sentimos honrados de haber sido objetos de esta llamada y aunque también teníamos una reflexión elaborada sobre el asunto, esta convocatoria contribuyó a contrastar experiencias y lecturas con los colegas de estos países, e ir construyendo un argumento juntos.

¿Cuáles son las principales evidencias que han surgido, tanto en el Perú como en los otros países?
--G. Gamio: Una de las evidencias es que hay una relación tensional entre democracia y catolicismo. Porque la posicion de la Iglesia no es unitaria con respecto a la cultura democrática; hay una posición conservadora que pone el acento en un legado preconciliar, que considera que la Iglesia es fundamentalmente jerárquica, esto es, no democrática, y que funda su unidad en una doctrina deductiva. Y por otro lado, hay un sector más progresista que rescata la experiencia originaria de la propia Iglesia, y que a partir del Concilio Vaticano II reconoce la autonomía de lo temporal y se valora el esfuerzo por construir consensos a través del diálogo.Son dos tendencias que están presentes en una y en la misma Iglesia y es fecundo que existan diferentes visiones de las cosas, pero existe una relación tensional. Y de lo que se trata también es de explorar las peculiaridades de esa tensión en nuestros diferentes países.

¿Qué más puede aportar la religión hoy a la democracia, sea para fortalecerla o para hacerla emerger allí donde no está?
--G. Gamio: Para empezar, diré que la religión es un discurso y una práctica muy importante para la gente de hoy, como antes. Es un discurso altamente catalizador de identidad y a veces este discurso calza y se enriquece con la cultura democrática, y a veces no. En lugares como Polonia, donde hubo una dictadura, la religión fue un elemento importante para consolidar una mentalidad democrática que se enfrentó a esta dictadura. Y en otros espacios como la España de Franco, la religión a veces tuvo una funcion diferente. Pero en países donde se ha ido gestando una cultura democrática y de lucha contra regímenes autoritarios, la religión ha sido un elemento particular de cohesión. Por ejemplo en el Perú, en los años 90 del siglo XX, muchas comunidades de base y muchos sectores de la sociedad civil reclamaban una visión progresista del catolicismo y recurrieron a ese legado para enfrentarse cívicamente contra el régimen de Fujimori. Y hay que recordar que todo el discurso de los derechos humanos tiene un discurso religioso, teológico, que luego se ha universalizado y se ha racionalizado; pero no podemos entender los derechos humanos sin la obra de De Vittoria, sin la obra de Bartolomé de las Casas, donde hay un legado teológico importante.

¿Por qué algunas democracias se cierran a la religión?
--G. Gamio: Muchas veces, sectores conservadores en la política han invocado argumentos religiosos para defender el antiguo régimen, o una comprensión jerárquica o aristocrática de la vida, lo que está reñido con una visión igualitarista que es fundamental para la cultura democrática. Yo no diría que esa visión vertical y jerárquica es esencial a una concepcion religiosa, sino que constituye una tendencia posible dentro de una vision religiosa de la vida. Y eso es lo que una mentalidad democrática teme, que esto se consolide.

¿No hay algunos temas como la vida y la familia, de los que la política quiere hacerse cargo, cuando hay allí asuntos morales?
--G. Gamio: Esto no lo hemos tocado directamente, pero a nivel personal puedo decir no estoy de acuerdo, porque la ética en general puede tener un cimiento religioso, pero puede no tenerlo. Desde un punto de vista estrictamente racional, podemos llegar a determinadas conclusiones éticas sobre cuestiones sociales y también a cuestiones vinculadas a la vida privada. El legado religioso presente en la ética es muy importante. Pero al mismo tiempo podríamos decir que la reflexion ética es para todos los seres humanos y no solamente para quienes creen; sino para todos los que estén dispuestos a discutir y buscar determinados principios, que puedan ser útiles para garantizar la convivencia o para darle una orientación a la vida.

¿Cree que hay temas que se pueden discutir…, como el origen y la protección de la vida humana, o lo que es la familia natural?
--G. Gamio: Yo creo que en general es importante para nosotros como ciudadanos, como creyentes y como seres humanos, estar dispuestos a discutir cualquier tema.Lo que preocupa es que se piense que hay temas que no deben ser discutidos. Todos los temas vinculados al origen de la vida, a los principios de la justicia social, o temas de conducción de la vida personal, son temas que deben ser discutidos con los involucrados, sea a nivel de las politicas publicas, a nivel de los principios de la Iglesia o en la discusión interpersonal cotidiana. Porque finalmente, se trata de principios que involucran la vida de las personas y sobre los cuales ellas tienen algo que decir.

Sobre lo que vimos en el Medio Oriente, la llamada ‘Primavera Arabe’, ¿qué rol tuvo la religión en esto?
--G. Gamio: Lo primero que hay que decir es que constituye un error identificar a las religiones con una posición integrista o fundamentalista. Las diferentes religiones, el Islam, el judaismo y también el catolicismo tienen tendencias de apertura dialógica, de autocrítica, pero también existen tendencias integristas y fundamentalistas. La tendencia hacia el integrismo no se identifica con el núcleo de las religiones, sino con una tendencia muchas veces ideologico-política que se va gestando. Amartya Sen, un famoso filósofo y economista indio, decía que lo que debemos temer, como catalizador de la violencia, no es a la religión, sino a la ilusión del destino.A la idea según la cual para algunos la cultura y la religión son los únicos elementos de la identidad, y que te imponen un propósito en la vida, que no es susceptible de diálogo, de negociación o de crítica. Con esa actitud presente parcialmente en todas las religiones, y en muchas ideologías seculares, lo que tendríamos que hacer es promover la crítica, el diálogo, la reflexión racional en el seno de todas las religiones e ideologías.

¿Se puede decir que la caída de estas dictaduras fue porque la gente estaba sofocada por una religión que vivía muy unida al estado?
--G. Gamio:Es posible, pero aún tenemos que esperar para hacer un análisis más detallado. Hay maneras de entender la religión, que pueden ser sofocantes para la libertad; y quiero pensar que esta experiencia de la ‘Primavera Arabe’ muestra más bien que determinadas interpretaciones del Islam son perfectamente compatibles con la democracia, como ha sucedido también con el catolicismo posconciliar.Y me parece fecundo el diálogo interreligioso que postula también una reflexión sobre la democracia, sobre el pluralismo. Lamento que en diversos lugares del mundo la apostasía sea aún un delito a nivel penal, y que no sea un derecho abandonar o suscribir una religión de manera consciente o voluntaria.

Justamente, en los ultimos tiempos hemos visto los ataques contra la religión cristiana en Nigeria, en la India... ¿Ellos quieren acaso que los cristianos estén lejos con sus valores de libertad, participación o derechos de la mujer?
--G. Gamio: Las tendencias integristas de las religiones consideran el pluralismo como un peligro o lo tachan de relativismo, y eso es muy común en diversas comprensiones religiosas integristas. Y es posible que determinados sectores integristas en Oriente consideren que el cristianismo es depositario de valores occidentales de libertad, igualdad, y que haya estado muy unido a los valores de la Ilustración.Sin embargo, e insisto, el Islam no es intrínsecamente integrista e intolerante, y hay que decir también que el hinduísmo y el budismo por lo general tienen una actitud de apertura frente a otros credos.Por ejemplo, asocian la figura de Jesús en algunos casos a la de Krishna, o el propio Islam que considera a Jesús de Nazareth como un profeta. Este tipo de actitudes negativas que la pregunta evoca con buenas razones, constituye una tendencia dentro de las religiones, y no deben identificarse con el núcleo de la misma religión. Debemos avanzar hacia una actitud más dialogante, que se valore la experiencia religiosa, ante lo que es más bien proclive al materialismo en todas sus formas.

Y hay otros espacios como son los regímenes comunistas o las dictaduras --incluso en América Latina--, donde a la Iglesia se le reduce o se le persigue a muerte, ¿no?
--G. Gamio:Creo que es legítimo rechazar cualquier régimen que atente contra la libertad religiosa y a los derechos de los individuos a abrazar un credo y a vivir conforme a él.Ese es un derecho humano básico que no puede ser conculcado, sin limitar gravemente las libertades e ir contra la justicia. Sí, los regímenes comunistas intentaron erradicar la religión de la vida, sin éxito por supuesto, porque la religión continúa siendo un elemento importante de la vida de la gente, que a veces opera clandestinamente como el caso de Lituania, según nos comentaban algunos colegas.En eso hay que ser enfáticos: la libertad de creer y de no creer es fundamental.

¿No hay una actitud hostil de ciertas democracias modernas contra las religiones?
--G. Gamio: Considero que en las democracias liberales la religión y la política deben estar separadas, y esto supone un régimen de libertad e igualdad religiosa.Que los ciudadanos puedan elegir creer o no creer, y que el estado no le rinda ningún privilegio a ninguna religión, ni siquiera a la mayoritaria, porque de lo contrario implicaría discriminar a los individuos que no suscriben ese credo.Creo más bien que la fuerza de cada religión depende del corazón y la de la adhesión de los creyentes; y en ese sentido, las religiones no requieren un estatus especial dentro del derecho de las democracias.La religión pertenece al ámbito de la sociedad civil, no de la privacidad. Y el lugar de la religión está fuera del estado, por lo que las religiones deben recibir un trato igualitario, y es más bien el trabajo pastoral el que hace la diferencia.

¿Y esto incluye gravar con impuestos los edificios donde se realizan obras sociales o educativas?
--G. Gamio: No se debe gravar con impuestos a ninguna iniciativa de comunidades religiosas, sean católicas o no católicas, cuando estas comunidades buscan tener una presencia en el ámbito de la salud o de la educación. No tiene sentido gravar con impuestos especiales a instituciones religiosas o de la sociedad civil que quieran apoyar el bienestar de los ciudadanos.

Por José Antonio Varela Vidal (ZENIT.org)

*Gonzalo Gamio Gehri es Filósofo por la Pontificia Universidad Católica del Perú y es Doctorando por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid, España) donde ha obtenido también el Diploma de Estudios Avanzados de Filosofía (DEA del Doctorado). Actualmente es profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya. Es miembro de IDEHPUCP y del IED-UARM. Es autor de los libros "Tiempo de Memoria. Reflexiones sobre Derechos Humanos y Justicia transicional" (IBC-CEP-IDEHPUCP 2009) y "Racionalidad y conflicto ético. Ensayos sobre filosofía práctica" (Lima, IBC - CEP 2007). Es coautor de "Democracia, sociedad civil y solidaridad" (Lima, IED -EARM 1999)". es, asimismo, editor (con Susana Frisancho) del libro "El cultivo del discernimiento. ensayos sobre ética, ciudadanía y educación" Lima, Fondo Editorial de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya 2010. Es autor de diversos ensayos sobre filosofía práctica y temas de justicia y ciudadanía publicados en volúmenes colectivos y revistas especializadas del Perú y de España.

Rechazado entre los suyos


Lectura del santo Evangelio según san Marcos (Mc 6,1-6)

En aquel tiempo, Jesús fue a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: “¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?” Y estaban desconcertados.

Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.


Jesús no es un sacerdote del Templo, ocupado en cuidar y promover la religión. Tampoco lo confunde nadie con un maestro de la Ley, dedicado a defender la Torá de Moisés. Los campesinos de Galilea ven en sus gestos curadores y en sus palabras de fuego la actuación de un profeta movido por el Espíritu de Dios.

Jesús sabe que le espera una vida difícil y conflictiva. Los dirigentes religiosos se le enfrentarán. Es el destino de todo profeta. No sospecha todavía que será rechazado precisamente entre los suyos, los que mejor lo conocen desde niño.

El rechazo de Jesús en su pueblo de Nazaret era muy comentado entre los primeros cristianos. Tres evangelistas recogen el episodio con todo detalle. Según Marcos, Jesús llega a Nazaret acompañado de un grupo de discípulos y con fama de profeta curador. Sus vecinos no saben qué pensar.

Al llegar el sábado, Jesús entra en la pequeña sinagoga del pueblo y "empieza a enseñar". Sus vecinos y familiares apenas le escuchan. Entre ellos nacen toda clase de preguntas. Conocen a Jesús desde niño: es un vecino más. ¿Dónde ha aprendido ese mensaje sorprendente del reino de Dios? ¿De quién ha recibido esa fuerza para curar? Marcos dice que todo "les resultaba escandaloso". ¿Por qué?

Aquellos campesinos creen que lo saben todo de Jesús. Se han hecho una idea de él desde niños. En lugar de acogerlo tal como se presenta ante ellos, quedan bloqueados por la imagen que tienen de él. Esa imagen les impide abrirse al misterio que se encierra en Jesús. Se resisten a descubrir en él la cercanía salvadora de Dios.

Pero hay algo más. Acogerlo como profeta significa estar dispuestos a escuchar el mensaje que les dirige en nombre de Dios. Y esto puede traerles problemas. Ellos tienen su sinagoga, sus libros sagrados y sus tradiciones. Viven con paz su religión. La presencia profética de Jesús puede romper la tranquilidad de la aldea.

Los cristianos tenemos imágenes bastante diferentes de Jesús. No todas coinciden con la que tenían los que lo conocieron de cerca y lo siguieron. Cada uno nos hacemos nuestra idea de él. Esta imagen condiciona nuestra forma de vivir la fe. Si nuestra imagen de Jesús es pobre, parcial o distorsionada, nuestra fe será pobre, parcial o distorsionada.

¿Por qué nos esforzamos tan poco en conocer a Jesús? ¿Por qué nos escandaliza recordar sus rasgos humanos? ¿Por qué nos resistimos a confesar que Dios se ha encarnado en un Profeta? ¿Tal vez intuimos que su vida profética nos obligaría a transformar profundamente su Iglesia?

José Antonio Pagola