jueves, 24 de noviembre de 2011

Introducción General al Adviento


• Lo escatológico de las últimas semanas del año litúrgico que hemos finalizado, se devuelve ahora “como el primer deseo/sueño/esperanza” de la humanidad. Los extremos (inicio-fin) se tocan. Nada en realidad comienza "ahora" ni finaliza "al cierre" del año litúrgico. Así es el ciclo de la vida.

• Alguien es el que “anuncia”. Siempre es así. Siempre es alguien quien anuncia. Entonces fue Juan Bautista. Ahora ... puedes ser "tú" el evangelizador de nuestro tiempo... que anuncia lo que también puede ser camino que prepara la llegada de un Jesús distinto al que tengo/tenemos ahora.

• Nos preparamos, y más en la inminencia de la Navidad, para que el Señor acontezca de nuevo en "nos-otros". Por eso la importancia del Adviento y la importancia del tiempo que vamos a dedicar a prepararnos y a vivir la Navidad en Cristiano. Este es el comienzo de un camino (año litúrgico).

• San Ignacio antes de la llegada de Jesucristo da un "Principio y Fundamento" transcendente [23] que él espera pueda ser compartido para muchos como base fundamental, ojalá que para toda la humanidad, y así poder ANUNCIAR luego a Jesús como nuestro Principio y Fundamento Cristiano [91]. Así el número [23] de los Ejercicios es "principio y fundamento" (en minúsculas) para aceptar a Jesús como nuestro Principio y Fundamento.

• Compartimos la U-topía del Adviento, en cuanto que nos llega ante una realidad que se resiste y hace gala de empecinarse en su contra. Ya desde la encarnación iniciamos ese nuevo “topos” / “camino” que incide en la historia "definitivamente" como labor de Dios (desde el Génesis hasta el Apocalipsis) con "complicidad" del ser humano. Con frecuencia proyectamos hacia el pasado (Génesis 1 y 2), el proyecto de futuro hasta el Apocalipsis. Nuestro destino final (escatológico), lo "medi-a-mos" en medio de una realidad apocalíptica... que es la que vivimos nosotros.

• Al encarnarnos e inculturarnos, como lo hizo Jesús, necesitamos abrir nuestra esperanza a un sueño real (utopía) que lo despertamos en el proceso histórico y en el nuestro proceso personal (ambos en diacronía), en lo complejo relacional del "cada día" de cada uno (en sincronía) esa es la dialéctica para que nuestra acción pueda ser actuante-transformante en cada momento en reconocimiento y agraciamiento de la Verdadera Gracia-Gratuita de Dios.

• El pecado (original, estructural, personal y colectivo) de antes, de ahora y de siempre, se verá mejor a partir del Adviento en la misma medida que nos adentremos en el Nuevo Testamento y así lo iremos detectando y decantando, como ya lo hemos podido hacer por el trabajo de años pasados y que ahora lo reiniciamos con el nuevo Adviento para que sobre todo a través de la oración y celebraciones que hagamos, detectemos más fervientemente cuáles son nuestros des/órdenes que nos afectan, apegos y desapegos, aceptaciones y rechazos.

Por lo tanto puede que no esté de más que vayamos explorando un concepto más completo y complejo de "pecado" del que tengamos ahora que nos haga tomar conciencia igualmente tanto del pecado pero más todavía la Gracia y el Perdón a medida de que vayamos descubriendo nuestras realidades personales y las de la humanidad de antes, de ahora y de siempre.

Alejandro Goñi SJ

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