viernes, 23 de marzo de 2012

El papa partió para América Latina


En la mañana de este viernes 23 de marzo de 2012 dio comienzo el 23 Viaje Apostólico internacional del santo padre Benedicto XVI, que lo llevó a México, con motivo del 220 aniversario de la Independencia de México, y muchos países latinoamericanos (23-26 de marzo), y a la República de Cuba por el 400 aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre (26-28 de marzo).

El avión con el santo padre a bordo –un B777 de Alitalia- partió del aeropuerto internacional Leonardo da Vinci de Roma Fiumicino, a las 9,30 horas. La llegada al aeropuerto internacional de Guanajuato, en León, México, tras cerca de 14 horas de vuelo, estaba prevista para las 16,30 horas locales (las 23,30 horas de Roma).

Poco antes, a la llegada del helicóptero con el que llegó desde el Vaticano, el pontífice fue acogido por el presidente del Consejo de Ministros italiano Mario Monti, quien le acompañó, conversando cordialmente, a los pies de la escalerilla del avión.

Saludaron al papa también los arzobispos Bernardini, nuncio apostólico en Italia, y Harvey, prefecto de la Casa Pontificia, los obispos De Nicolò, regente de la Prefectura, y Reali, ordinario de Porto-Santa Rufina, la diócesis en cuyo territorio se encuentra el aeropuerto romano, los embajadores de Cuba y de Italia ante la Santa Sede Delgado Bermúdez y Greco.

Antes, en el Patio de San Dámaso, tuvo lugar la despedida del papa en presencia de los cardenales Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, y Vallini, vicario general para la diócesis de Roma; de los arzobispos Suriani, delegado para las Representaciones pontificias, y del Blanco Prieto, limosnero; de los monseñores Wells, asesor de la Secretaría de Estado, subsecretario para las Realciones con los Estados, y Nwachukwu, jefe de Protocolo; y del decano del cuerpo diplomático ante la Santa Sede, embajador Valladares Lanza. Luego, en el helipuerto vaticano, el pontífice fue despedido por el cardenal Bertello y el obispo Sciacca, respectivamente presidente y secretario general del Gobernatorado.(ZENIT.org)

Benedicto XVI inició ayer su primer viaje a México y Cuba con un mensaje contra la narcoviolencia y de crítica al marxismo. El Papa instó a “desenmascarar la estafa” que representa el narcotráfico y llamó a luchar contra ese “mal destructivo” para la sociedad, pocas horas antes de aterrizar en el aeropuerto de León, en el Estado de Guanajuato. Joseph Ratzinger declaró a los periodistas que le acompañaban en el avión que “hoy es evidente que el comunismo no funciona” en Cuba y que la Iglesia ayudará a la isla a buscar otras formas de avanzar sin “traumas”.

“Hoy es evidente que la ideología marxista en la forma en que fue concebida no se corresponde ya con la realidad”, afirmó el Papa, quien añadió que “nuevos modelos deben ser encontrados con paciencia y de forma constructiva”. Benedicto XVI ofreció la ayuda de la Iglesia “en un espíritu de diálogo que evite traumas y sirva para hacer avanzar a la sociedad” cubana. Su antecesor, Juan Pablo II, visitó la isla en 1998 abriendo el camino de la reconciliación entre la Iglesia y el régimen castrista.

La violencia vinculada al crimen organizado ha causado casi 50.000 muertos desde 2006 y dividido a la sociedad mexicana, mayoritariamente católica. El cartel de Los Caballeros Templarios aceptó el mes pasado la tregua pedida por el arzobispo de León durante la visita papal, mientras que el poeta católico y líder del Movimiento por la Paz, Javier Sicilia, ha criticado el "silencio cómplice" de la jerarquía eclesiástica ante los asesinatos. Sicilia, que ha viajado a Roma para entregar una carta al pontífice, dijo ayer que el Vaticano ha dejado la "puerta abierta" a la posibilidad de que durante sus tres días de estancia en Guanajuato, Ratzinger "se salga del protocolo" y haga "un gesto evangélico" a favor de las víctimas de la violencia. Unos 13.000 efectivos, entre policías y militares, velarán por la seguridad. (El País)

No hay comentarios:

Publicar un comentario