sábado, 28 de julio de 2012

Los "Nóbel de Teología" para Brian E. Daley y Remi Brague


Hay una gran expectativa por la entrega de la segunda edición del "Premio Ratzinger", promovido por lal Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. El premio será conferido por Benedicto XVI el próximo 20 de octubre, durante el sínodo de los obispos sobre la "nueva evangelización".

Los nombres de los vencedores -que más abajo anticipamos- han sido seleccionados por un comité científico, presidido por el cardenal Camillo Ruini (vicario general emérito de Roma y ex presidente de la Conferencia Episcopal Italiana) y del que forman parte los cardenales italianos Tarcisio Bertone (salesiano, secretario de Estado) y Angelo Amato (salesiano, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos), y también los arzobispos Jean-Louis Bruguès (dominico francés, archivista y bibliotecario de la Santa Iglesia Romana) y Francisco Ladaria Ferrer (jesuita español, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe).

Éste último, entrevistado por Radio Vaticana, ha explicado que el "Premio Ratzinger" fue instituido por la Fundación "para estimular la reflexión teológica, sobre todo en los campos más cultivados por Joseph Ratzinger como teólogo, cardenal y ahora Papa: el campo de la teología fundamental, de la historia de la teología, especialmente la teología patrística, el campo de la exégesis bíblica, pero también la teología dogmática".

El arzobispo Ladaria enunció además los criterios adoptados para la selección de los candidatos: "El comité científico intenta tener presente diversos factores: ante todo, el rigor teológico y la profundidad científica de los posibles candidatos".

Además, "se busca tener también una variedad de idiomas, de culturas, para que no todos los premios vayan, por ejemplo, a teólogos de lengua inglesa, o que todos sean de lengua italiana", para que "haya un equilibrio entre los grandes idiomas del mundo, entre los grandes grupos católicos del mundo, de tal modo que - en la medida de lo posible, aun cuando esto no es siempre fácil - todos se puedan sentir representados".

En efecto - ha recordado Ladaria - "el año pasado fueron un italiano, un español y un alemán", es decir, el profesor Manlio Simonetti, don Olegario González de Cardedal y el padre cisterciense Maximilian Heim. Mientras que este año -agregó- "serán un francés y un norteamericano".

El secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe no dio los nombres de los premiados, sobre los cuales rige hasta ahora reserva oficial. Pero el francés a quien se le dará en premio lo que ha sido definido - en forma exagerada - el "Nobel de teología" es el filósofo Rémi Brague. Mientras que el norteamericano es el patrólogo Brian E. Daley.

Brague es profesor de filosofía griega, romana y árabe en la Sorbona de París y en la Universidad Ludwig-Maximilian, de Münich. Es un erudito políglota de la vastísima producción científica. Pero es también muy combativo en las polémicas actuales, contrario a los axiomas de lo "políticamente correcto", tanto en el sentido de los progresistas como en el de los "teólogos conservadores".

Por su parte, Daley, jesuita, está especializado en los Padres de la Iglesia. Enseña en la Universidad de Notre Dame, en Indiana, y es editor consejero de la edición en inglés de la revista "Communio", de la que Ratzinger fue co-fundador. En el 2003 publicó en la revista progresista "America", de los jesuitas de Nueva York, un artículo a contramano, en el que valoraba la práctica de la adoración eucarística: Adoration and the Blessed Sacrament. Una adoración en ese entonces caída largamente en desuso, pero que Ratzinger, como Papa, está haciendo de todo para volver a darle auge.

Una curiosidad. En el perfil biográfico del padre Daley que aparece en la página web de la Universidad de Notre Dame se proporciona evidencia del deporte que él practica "para mantenerse en forma", el boxeo:

Al igual que ya antes, en la anterior edición del "Premio Ratzinger", también esta vez uno de los premiados tendrá una "lectio" en presencia del Papa, en la Sala Clementina del Palacio Apostólico. Pero se prevé que el mismo Benedicto XVI tomará la palabra. De la misma manera que lo hizo el 30 de junio de 2011 con esta memorable lección, totalmente inconfundible escrita de su puño y letra.

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